El Parkinson en personas mayores es más común que en gente joven. Puedes ver los síntomas más perceptibles en torno a los 60 años de edad, aunque durante la primera etapa de la enfermedad pueden no notarse tanto.
Síntomas
Al inicio es posible que no identifiques los síntomas fácilmente. Estos afectan a un lado del cuerpo para, después, extenderse de manera bilateral. Desde un ligero temblor o una sacudida requieren de estudios clínicos.
Los otros síntomas usuales son la bradicinesia, que se refiere a movimientos más lentos de lo normal, así como problemas para mantener un buen equilibrio o la postura erguida del cuerpo.
El paciente irá perdiendo movimientos que realiza automáticamente, como los relacionados con el parpadeo o la gesticulación facial. Esto provoca que haya un cambio en la manera de hablar, ralentizándola o acelerándola.
La rigidez muscular es propia de este padecimiento. Esta se aprecia en la escritura. Puede hacer que tu letra disminuya considerablemente y de forma paulatina, siendo un síntoma claro de un mayor esfuerzo al intentar hacer esta acción.
A los síntomas anteriores, se les pueden sumar otras complicaciones, como son una mayor dificultad para pensar, afectaciones emocionales, problemas en la deglución, trastornos del sueño, incontinencia urinaria y estreñimiento. Además, debes tener en cuenta la pérdida de olfato, dolor corporal, hipotensión ortostática, fatiga crónica y la disfunción sexual.
Conforme van avanzando las etapas de la enfermedad, los síntomas tienden a agravarse. Por eso, consultar con un especialista tempranamente te ayudará a tratar determinados problemas.
Etapas
Podemos distinguir cinco etapas del Parkinson:
- Primera etapa: Durante esta etapa, puedes llevar una vida independiente, a pesar de que sentirás los primeros síntomas unilateralmente, como pueden ser alteraciones del movimiento y algunos temblores. También se altera la postura del cuerpo y se presentan problemas en la marcha.
- Segunda etapa: Los problemas son ahora bilaterales, haciendo su aparición la rigidez. Pueden costar más las tareas habituales, pero el paciente puede realizarlas.
- Tercera etapa: Los movimientos son más lentos y hay problemas en el equilibrio. Cuesta más vestirse solo o comer, así como tener tendencia a las caídas.
- Cuarta etapa: El paciente se hace más dependiente, debido a la dificultad de sus movimientos. Es posible que se necesite un andador.
- Quinta etapa: Pérdida total de la autonomía. La rigidez es un problema agravado que complica cualquier movimiento.
Tratamiento
Entre los tratamientos puedes encontrarte con diferentes medicamentos, que buscan mejorar el movimiento y disminuir los temblores. Sustitutos de la dopamina se convierten en una excelente opción y que ayudan considerablemente al paciente.
La cirugía cerebral es una alternativa ante ciertos síntomas. Implantar electrodos ayuda a estimular el cerebro, en especial durante una etapa avanzada de la enfermedad.
El Parkinson en personas mayores aparece de manera progresiva. Percibir los primeros síntomas puede servir para buscar un tratamiento temprano que ralentice el avance de esta enfermedad.
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